Las organizaciones residentes en el Recinto Modernista no solo han adaptado su actividad a las actuales circunstancias. Buena parte de sus iniciativas se han reorientado para dar respuesta, desde sus ámbitos de actuación, a las consecuencias de la pandemia.
En el ámbito sanitario, está siendo fundamental la contribución de la Oficina de la OMS para el Fortalecimiento de los Sistemas de Salud. A parte de mantener su actividad, el equipo de Barcelona está contribuyendo a la respuesta que desde la división europea de la OMS se está dando a la pandemia. Por ejemplo, se prestó apoyo a la misión que una delegación de la organización hizo a España entre el 30 de marzo y el 2 de abril a petición del Gobierno Central para aportar información sobre la gestión que se ha hecho de la Covid-19 en otros países. La delegación visitó Madrid, tres regiones más del Estado y varias instalaciones hospitalarias. A mediados de abril, tuvo lugar una segunda reunión en Madrid y se prevén más en las próximas semanas.
Desde Barcelona, la OMS emite recomendaciones para la reorganización de los sistemas de salud ante la Covid-19. También participa en la creación de nuevos sistemas de monitorización sobre la respuesta que están dando los diferentes estados europeos. Además, participa y elabora informes sobre cómo adaptar la financiación de los sistemas públicos de salud para reducir los efectos adversos del coronavirus.
ONU-HABITAT, el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, acaba de presentar un Plan de respuesta global Contra la Covid-19 que prevé una inversión de 72 millones de dólares en África, países árabes, Asia-Pacífico, América Latina y el Caribe. Desde Sant Pau, el equipo del Urban Resilience Hub está dando apoyo a muchos gobiernos locales en la definición de políticas y herramientas de resiliencia para superar la crisis, e incide sobre los organismos multilaterales en la necesidad de poner el acento en las comunidades más vulnerables.
Banco Farmacéutico trabaja regularmente para que las situaciones de pobreza no perjudiquen también la salud de las personas. Ahora, no solo lucha contra la pobreza farmacéutica; también coordina actividades para dar respuesta a las necesidades generadas por la crisis. Desde la declaración del estado de alarma, varias administraciones y farmacias se han puesto en contacto con la entidad para que su servicio de distribución de medicamentos se haga extensible a gente mayor y otros colectivos vulnerables. También ha reforzado sus campañas de captación de recursos. Esto les ha permitido hacer llegar lotes de material sanitario a los trabajadores de servicios esenciales: sanitarios, taxistas, etc. Recientemente, ha hecho una donación de sérum oral rehidratante para el personal del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
El Barcleona Health Hub, como ecosistema de innovación en salud digital, está organizando webinars para compartir conocimientos y explorar cómo la telemedicina puede ayudar a afrontar la pandemia. Además, ya a principios de abril, las más de 50 startups de su ecosistema están diseñando servicios y soluciones tecnológicas para aminorar las consecuencias de la Covid-19: consultas médicas online, aplicaciones para el seguimiento de pacientes, plataformas de captaciones de fondos, etc.
Como bien sabemos, la Covid-19 genera riesgos adicionales a las personas que tienen patologías previas. En el caso de las que sufren enfermedades raras, los problemas pueden aparecer a causa de las dificultades para acceder a determinados medicamentos o al aplazamiento de visitas médicas. Por eso, la European Organisation for Rare Diseases (EURORDIS) trabaja para defender los derechos de este colectivo. Internet y las redes sociales se han convertido en herramientas fundamentales para mantener una comunicación eficiente y dar respuesta a las necesidades de estas personas.
Desde BIPP HUB ha surgido un enfoque muy transversal de la crisis de la pandemia, como resultado de un ecosistema formado por una docena de equipos internacionales que trabajan por los retos globales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Esta orientación multidisciplinaria ha permitido generar conocimiento y proyectos con un impacto transversal: desde la investigación, difusión y denuncia del impacto de la pandemia sobre los derechos humanos y la democracia, a la puesta en marcha de un proyecto para favorecer que la recuperación tenga en cuenta la protección de la biodiversidad, entre otros.
En la esfera de la investigación y el análisis de políticas públicas, la Euro-Mediterranean Economists Association (EMEA) investiga posibles respuestas políticas a la triple crisis que se está produciendo: sanitaria, social y económica. Lo hace en colaboración con varios centros científicos a lado y lado del mediterráneo. EMEA también acaba de publicar una hoja de ruta científica para guiar a los gobiernos de la región mediterránea en la dirección de un desarrollo transparente, inclusivo y sostenible.