El pasado 21 de septiembre comenzó el ciclo “Diálogos de Sant Pau: salud y sociedad”, un espacio de debate y reflexión sobre diferentes cuestiones de actualidad relacionadas con la sostenibilidad y el bienestar que cuenta con la colaboración de la Diputación de Barcelona y El Periódico. En este artículo resumimos las principales conclusiones del encuentro, dedicado a la salud planetaria.
Entender y respetar las interdependencias entre la salud humana y los sistemas naturales es fundamental. Más aún en el actual contexto de crisis climática, sanitaria y social. Moderado por Fina Ambatlle, coordinadora de proyectos del Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible de la Generalitat, el primer diálogo contó con la participación de tres expertos: Sara Soto, directora del Programa de Infecciones Víricas y Bacterianas del Instituto de Salud Global de Barcelona; Carles Castell, responsable de Seguimiento de Programas y Acciones Ambientales del Área de Acción Climática de la Diputación de Barcelona, y Kimberley de Miguel, responsable de proyectos de prevención de la contaminación marina en el Centro de Actividad Regional para el Consumo y la Producción Sostenibles, ubicado en el Recinto Modernista.
Dos semanas después de que más de 200 revistas científicas y médicas publicaran un editorial sobre la emergencia climática, los tres participantes coincidieron en la importancia de actuar urgentemente para acabar con el aumento de la temperatura global y la destrucción del mundo natural con el objetivo de proteger la salud de las personas. Sara Soto inició su intervención reflexionando sobre cómo el concepto de la salud planetaria se origina en el ámbito sanitario para encontrarse, posteriormente, con otras disciplinas tradicionalmente asociadas con el cuidado de la naturaleza. Soto puso como ejemplo la degradación del Mar Menor, en Murcia, un fenómeno que tiene múltiples derivadas económicas, sociales y sanitarias, y que demuestra cómo abordar estas cuestiones de forma sistémica desde diferentes ópticas. “Si el planeta fuera un paciente, su diagnosis sería que está sufriendo varias enfermedades graves a la vez”, sentenció.
Según Carles Castell, intervenir a favor de la salud planetaria supone, entre otras cosas, “reconocer que las personas obtenemos beneficios de la naturaleza”, ya sea en forma de los llamados “ecoservicios”, o bien a través del valor añadido que aportan los espacios naturales como localización de actividades culturales o de ocio. “Dicho de otro modo, la naturaleza en buen estado protege a las personas, mientras que la naturaleza estropeada es una fuente de riesgos”, explicó.
En referencia a las presiones que sufre la región mediterránea, Kimberley de Miguel notó que el Mediterráneo es el mar semicerrado más grande del mundo, receptor de una tercera parte del turismo mundial. En esta área geográfica, la población costera se ha duplicado en los últimos 40 años. “Por eso, el estrés de los ecosistemas mediterráneos es continuo, lo que genera una pérdida de biodiversidad, riesgos para la salud humana y otros fenómenos que pueden llegar a tener efectos en la seguridad nacional y regional”, relató.
Para reencontrar el equilibrio entre la actividad humana y los sistemas naturales del planeta, los tres ponentes hicieron propuestas complementarias. Sara Soto abogó por realizar más investigación interdisciplinaria que dé herramientas a los gobiernos ya las empresas para gestionar esta nueva realidad.
Carles Castell, por su parte, defendió que la sociedad es cada vez más consciente de la falsedad del discurso que cuestiona el interés del mundo económico sobre la ecología. Cree que el discurso medioambiental está cada vez más integrado en las decisiones políticas y empresariales, y que cada vez se ponen más en valor las zonas rurales, los ecoservicios y la protección de la salud.
Por último, de Miguel apostó por el pensamiento sistémico y la prevención para hacer frente a las múltiples crisis que tenemos sobre la mesa. Como solución apuesta por la economía circular, que combate la contaminación en su origen y evita el uso de sustancias que supongan un riesgo para las personas y el medio ambiente.
Llega el turno de las ciudades
El miércoles 20 de octubre, a las 18 h, tiene lugar el segundo Diálogo de Sant Pau. Diferentes expertos analizarán cómo aspectos como el diseño de los espacios públicos, la facilidad de acceso a los servicios o la calidad del aire y del agua determinan la habitabilidad y salubridad de los núcleos urbanos. Podrá seguirlo presencialmente previo registro y también a distancia a través de YouTube.